Si comprendieras lo que conduce a la paz.

Siempre insisto en querer dar una interpretación personal a las palabras del evangelio del día. No es que me crea docto en temas religiosos, es sólo que veo, pan de vida y fuente de experiencia cotidiana en nuestro Testamento.

Hoy se nos entrega a San Lucas 19, 41-44 “En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca y vio la ciudad, se puso a llorar por ella, diciendo: "¡Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos. Vendrán días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te sitiarán y te atacarán por todas partes. Te arrasarán junto con tus hijos, que están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios"

No es para nadie desconocido que soy un candidato Pro Vida, y es precisamente eso lo que me evoca esta lectura, y no mediante un acomodo arbitrario a ciertas circunstancias, sino que creo ver, en la palabra, aquel mensaje.

¿Qué sucede con temas tan conflictivos como el aborto terapéutico, la píldora del día después, la progenesia y la eutanasia, entre otros? ¿Dónde está el verdadero mensaje de paz, que gracias a la caridad (amar al otro como a mí mismo) me conlleva a dignificar a los demás? ¿Comprendemos acaso, unos u otros, el verdadero mensaje de paz? ¿Acaso el progreso de las ciencias y la filosofía han sabido despejar las tinieblas del entendimiento y nos han mostrado el camino de la paz, de la luz? Es evidente que no, ya que la ciencia no es más que un instrumento al servicio de las hipótesis propuestas, un método que se subordina (en principio) a las premisas de los científicos, quienes la utilizan como un instrumento coherente, ordenado y sistematizado.

En otras palabras, no descansa en la ciencia el encontrar esa luz y esa paz, pasa en el entendimiento de la Verdad, la que podemos encontrar gracias a la experiencia de Fe y la filosofía. Sin embargo, Jesús no se equivoca, esa paz está oculta a nuestros ojos.

Y así es como se encuentran día a día millones de seres humanos únicos e irrepetibles, cercados por el vientre materno, sitiados por corrientes que no entienden la virtud de la vida existente en ellos y atacados por aquellos que se atreven a levantar afrenta contra aquel ser que nada puede hacer para defenderse. Si, se ha arrasado con millones de “hijos que están dentro de ti”, tan sólo por desconocer el momento en que (ellas) fueron visitadas por Dios y les fue concedida la gracia de la Vida.

Que a nosotros, como patria, no nos pase nunca que nuestro Señor llore por nosotros, más bien que se contente de que seamos una sociedad más justa y caritativa, más feliz en el entendimiento de hacer el bien al prójimo sin esperar más recompensa que la autosatisfacción, que seamos un grupo cohesionado de chilenos enfocados en el porvenir y no tanto en el hedonismo. Sé que podemos construir una sociedad así, tan sólo pasa por nosotros. Los jóvenes compartimos el presente, pero el futuro es nuestro (aunque dependa de hoy).


Tomás Díaz Hormazábal
Candidato Independiente a Diputado, por la familia y la vida
Distrito 10